Repleto de caminos montañosos que envuelven ríos y cascadas,
se convierte en el peregrinaje perfecto hacia enormes cuevas y
pasadizos llenos de misterio e historia.
Tal escenario rodea este pequeño y tranquilo pueblo de Navarra,
muy cerca de la frontera francesa.
Si crees en brujas, te va a fascinar, y si no, vas a querer
conocer más.
Escrito por Marina Lozano
En mi último viaje a España, decidí ir a Pamplona,
y de vuelta a mi ciudad de origen, conocí
este pequeño (literal aprox. 200 habitantes)
pueblo misterioso y lleno de historia.
Situado a 5km de Francia, Zugarramurdi
es un pequeño pueblo vasco en el norte del país
que te llenará los pulmones de aire fresco nada más entrar.
Rodeado de naturaleza pura, guarda una historia fascinante desde hace siglos, que no te
puedes perder.
Se trata de la Cueva de Zugarramurdi.
La Cueva de las Brujas
Creada de manera natural gracias a las erosiones des de hace cuatro siglos,
esta cueva tiene unas dimensiones aproximadas de 120 m de largo
por 10-12 m de ancho, creada por el riachuelo conocido como
la Regata del Infierno.
A lo largo de los años, se han ido formando diversos
enclaves dentro de la cueva en el que las famosas brujas y brujos (o Sorgin en Euskera)
levaban a cabo sus rituales sagrados, sus fiestas y ceremonias,
a pesar de no ser vistos con buenos ojos por los vecinos del pueblo.
Mapa general de la Cueva de Zugarramurdi. Imagen: Turismo de Zugarramurdi.
Las llamadas y llamados Sorgin
Dicho esto, puede parecer que eran las típicas brujas malvadas
de los cuentos, que hacían pócimas mágicas y cosas así.
Pero no, déjame decirte que lo que hacía diferentes
a las y los Sorgin era su interés y conocimiento por la naturaleza,
las plantas para crear medicinas naturales
y todo lo relacionado con la reproducción
y los anticonceptivos de aquella época.
Como tristemente vemos, eran muy adelantadas a su tiempo,
fueron denunciadas y el resto ya te lo puedes imaginar.
Esa denuncia costó a muchas la muerte por parte
de la Inquisición Española en el año 1610.
Se detuvieron aproximadamente a 300 personas,
imputándoles cargos como negar
el cristianismo, crear pócimas y tener al diablo como su dios.
Típicamente, algunos fueron quemados en las hogueras
y a otros les cayó la pena de prisión.
No creas que la cosa quedó ahí,
esta auténtica (y literal) caza de brujas se extendió
también a lo largo de Europa.
Su objetivo, (¡para flipar!) era
que se mantuviera una misma religión
y un mismo conocimiento sobre el mundo.
Esto no ha pasado de moda, también actualmente
a algunos sectores de la población
les jode lo diferente y no lo respetan,
castigándolo además.
Cómo acceder
Para conocer todo esto es realmente fácil
Una vez que llegas al pequeño pueblo,
Puedes aparcar tu coche en un espacio libre
y gratuito en el centro.
Después de eso, sólo hay que seguir los cartelitos
que indican el camino hacia la famosa cueva.
Al final de un camino recto, está la entrada,
que se identifica muy fácilmente con un cartel enorme.
Es un pueblo muy pequeño, no hay tiendas de comida,
sólo pequeños restaurantes de tapas y las obligatorias tienditas de souvenirs.
Lo bueno es que si te da hambre
y te pilla entrando a la cueva,
están las típicas máquinas en las que pones una moneda
y eliges un pequeño snack.
El precio es un poco elevado, pero eso sí, es muy práctico
La entrada realmente es barata, si se tiene en cuenta
todo el paraje natural que rodea este lugar.
Cuesta 4.5€ para adultos y 2.50€ hasta los 12 años.
Puedes acceder desde las 11 de la mañana y estar hasta las
18:00 PM o 19:00 PM según la época del año.
¡Eh! Si eres estudiante o jubilado ¡lleva tu carné!
Te harán descuento de 1€, que nunca viene mal.
Un paseo por la cueva
Lo más interesante de esta ruta y lo más visto
por los visitantes que a diario van,
es que la Cueva se divide en dos espacios.
Uno más pequeño
y otro mucho más grande, el principal.
Entrada al espacio pequeño de la Cueva de Zugarramurdi. Imagen: Marina Lozano
Interior del espacio pequeño de la Cueva de Zugarramurdi. Imagen: Marina Lozano
Se puede entrar directamente
a cada uno, según el camino que se elija.
Es interesante que los dos estén unidos
por las erosiones que lo formaron.
Así que se puede ver uno desde el otro
y tomar fotos muy chulas desde perspectivas diferentes.
Unión entre los dos espacios principales de la Cueva de Zugarramurdi. Imagen: Marina Lozano
Espacio principal. Escena de la película Las brujas de Zugarramurdi. Imagen: Marina Lozano.
Esta foto me gustó en particular,
es donde se desarrolla
una de las escenas más impresionantes e importantes
de la película.
Si no la has visto, te la recomiendo muchísimo.
No quiero ser spoiler, a mí me fastidia bastante que lo sean,
así que sólo te diré que te olvides de los
convencionalismos.
No son las brujas tradicionales
y en general te vas a partir de risa.
La película es muy buena y entretenida.
La puedes encontrar completa en YouTube.
En general, este tipo de destinos turísticos,
en pequeños pueblos o aldeas, son difíciles de encontrar
por su ubicación o por el desconocimiento de su existencia.
Como Zugarramurdi, hay muchos lugares de paso hacia
otro destino, por el que se transita sin más y sin parar
a observar lo que en realidad hay.
Pasamos en medio de paisajes increíbles
y en medio de uno de ellos se encuentran parajes como estos.
Así me sucedió a mí.
Cada vez me topo con más personas que se salen de lo convencional,
de las grandes ciudades y de los destinos turísticos por antonomasia.
Cada vez más, leo a más personas que visitan lugares escondidos,
que guardan historias o leyendas dignas de conocer.
Este tipo de lugares tan pequeños en el mapa y casi desconocidos,
es donde se cuentan las mejores historias.
Se convierten en rincones ricos y dignos (casi obligatoriamente) de explorar.
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